En el minuto 51 convirtió el primer gol del partido, impactando la pelota con la mano de manera imperceptible para los jueces del encuentro y venciendo la resistencia del arquero inglés Peter Shilton al ganarle en el salto dentro del area, gol que se convertiría en uno de los más polémicos de todos los mundiales, bautizado como “la mano de Dios”; y cuatro minutos más tarde marcó el segundo gol, recorriendo con el balón más de sesenta metros en velocidad, dejando en el camino con sus movimientos de evasión (en muchos casos literalmente tirados) a seis jugadores rivales antes de rematar con el arco vacío.
Esta jugada, obra maestra irrepetible del gol, más irrepetible por lo trascendental del partido, se conoce con el título de “El gol de Maradona a los ingleses”. En este mundial se coronaría campeón el seleccionado argentino, de la mano de un rendimiento sublime de Maradona durante todo el torneo.
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