“Con el aumento continuo de casos de COVID-19 y el aumento de casos en nuestros hospitales, estoy volviendo a cerrar partes del Condado Miami-Dade, afectando a restaurantes, (con la excepción de pedidos para llevar y entrega), gimnasios y más”, indicó en Twitter el alcalde.
El decreto de emergencia entrará en vigor el miércoles e incluye a salones de fiestas y alquileres vacacionales de corto plazo. “Queremos asegurar que los hospitales continúan teniendo el personal necesario para salvar vidas”, añadió.
Gimenez aclaró que se mantendrá el permiso para las actividades al aire libre, como piscinas de condominios y el funcionamiento de hoteles, siempre que apliquen las normas de distanciamiento social y uso de mascarillas. En tanto, la fecha de reapertura de playas continúa fijado para este martes. “Pero si vemos que hay mucha gente y que no siguen las reglas de salud pública, me veré obligado a cerrar las playas de nuevo”, advirtió. La medida se mantuvo incluso durante el fin de semana del Día de la Independencia, que solía arrojar inmensos réditos al sector del turismo.
Florida sobrepasó el domingo los 200 mil casos confirmados, con más de 3.700 muertes, y Miami-Dade es el condado más afectado, con 47 mil contagios y 1.043 muertes. Proporcionalmente, también está entre los más comprometidos, con 1,730 casos y 38 víctimas fatales por cada 100 mil habitantes.
El alcalde mantuvo el toque de queda, por ahora de forma indefinida, que va de 10 de la noche a 6 de la mañana, solo exceptuado para trabajadores esenciales y actividades religiosas.
Ante los incrementos récord, la congresista Debbie Mucarsell-Powell hizo este fin de semana un nuevo llamado al gobernador Ron DeSantis a ordenar el uso obligatorio de máscara. La congresista criticó que tanto el presidente Donald Trump como DeSantis, aliados políticos, han desmotivado el uso de la máscara y ofrecido mensajes contradictorias con su comportamiento.
Durante esta fin de semana fueron hospitalizadas 404 personas, 244 el sábado y 160 el domingo, para un total de 15.895 desde el pasado 1 de marzo, según el Departamento de Salud de Florida. Sin embargo, desde el comienzo de la pandemia, el gobierno de DeSantis no incluye entre la información diaria de cuántas hospitalizaciones hay en tiempo real, sino el acumulado.
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