El abogado, Donald F. McGahn II, le explicó entonces al presidente que no tenía autoridad para ordenar al Departamento de Justicia a quién debía procesar. Como mucho, podía pedir una investigación, pero perseguir con las herramientas del Estado a dos rivales políticos podía ser interpretado como un abuso de poder y conducir a un proceso de impeachment que le sacara de la Casa Blanca.
McGahn dejó su puesto en la Casa Blanca el pasado 17 de octubre. Tras las elecciones de noviembre, Trump destituyó al fiscal general, Jeff Sessions, y puso al frente del Departamento de Justicia a Matthew G. Whitaker, con poca experiencia pero mucha lealtad al presidente. Trump ha seguido discutiendo la posibilidad de crear una investigación especial contra Clinton y Comey en conversaciones privadas, según el citado diario.
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